12/04/10

CARRILLO FRENTE A PINOCHET


En 1955, veinte años antes de la muerte de Franco, Santiago Carrillo propuso la “Reconciliación Nacional” de los españoles olvidando la guerra civil, deseo que plasmó desde 1976 cuando volvió del exilio y apoyó como Secretario General del Partido Comunista la Ley de Amnistía de 1977 y la Constitución de 1978.

Mantuvo esa postura hasta que el 18 de marzo de 2005 le organizaron una fiesta por su 90 aniversario.

Durante el acto Rodríguez Zapatero le anunció a modo de regalo que en ese mismo momento unas grúas retiraban la principal estatua de Franco en Madrid.

Carrillo tiene ya 95 años y excelente memoria selectiva: aquel día olvidó la reconciliación y volvió a la guerra civil, a la derecha cruel y asesina, y a la izquierda bondadosa y heroica.

Estos días está presentando su último libro, “Los viejos camaradas” (Planeta) en actos en los que denuncia al PP como golpista similar a Pinochet.

Pero vivió ocho años bajo dos gobiernos de Aznar, más intransigente que su heredero, Mariano Rajoy, y su vida y la democracia se desarrollaron sin quebranto.

Y aunque su buena dialéctica le permite aparecer como un viejo sabio incapaz de dañar a nadie, puede recordarse que, como todos los dirigentes políticos alrededor de la guerra civil en ambos bandos, ha dejado muchos cadáveres.

Siendo joven comunista amenazó públicamente, por escrito, con pegarle un tiro a su padre por traidor socialista: qué habrá hecho con gente menos cercana.

Por ejemplo, como Consejero de Orden Público en Madrid fue responsable del asesinato de unos 6.000 derechistas en Paracuellos del Jarama, en noviembre de 1936.

Doble número de muertos que Pinochet durante su golpe de Estado de 1973 y sus 17 años de dictadura: debemos recordarlo cuando lo oímos ahora, tan pacífico, evocando al dictador chileno.


MANUEL MOLARES DO VAL

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