04/02/10

HOLOCAUSTO, ISRAEL, HOMOSEXUALES

Recientemente fue el Día de Recuerdo del Holocausto. Gobiernos, ciudadanos y organizaciones judías y no judías de todo el mundo participaron en actos en los que se recordaba a las víctimas de aquel crimen. Aunque el objetivo principal de la industria de la muerte puesta en marcha por el totalitarismo nacionalsocialista era el exterminio de toda la población hebrea, otros tipos de personas murieron por miles en los lagers del Tercer Reich.

Es habitual invitar a los actos de recuerdo a grupos que representan a tipos de personas que, aunque en cifras mucho menores y de forma menos sistematizada que los judíos, fueron víctimas de la barbarie nazi. Resulta común encontrar en este tipo de ceremonias a miembros de organizaciones gitanas (una minoría cuyo número de víctimas se eleva a cientos de miles) y algunas asociaciones de homosexuales.

Una de estas últimas, la asturiana XEGA, rechazó la invitación de la comunidad judía local para participar en un acto de recuerdo. Como excusa para justificar su ausencia, los responsables de la asociación argumentan que "nos tememos que nuestra presencia en el mismo pudiera ser considerada un apoyo a la política del gobierno de Israel en relación con el pueblo palestino". La respuesta, que la propia organización ha publicado en su sitio web, añade un párrafo de condena al único Estado democrático de Oriente Medio.

Aunque no pase de ser un episodio casi anecdótico, este es un buen ejemplo de la nueva judeofobia que se extiende por Europa y América. Un antisemitismo que, según los estudios de diferentes organizaciones, resulta especialmente violento en Francia pero donde más extendido está es en España y Polonia. Aunque en este caso concreto no se plasma de forma explícita, los autores de la respuesta a la Comunidad Judía asturiana insinúan una equiparación de Israel con los nazis en un escenario, el conflicto de Oriente Medio, que se intenta igualar con el Holocausto. Se trata de una de las acusaciones antisemitas más habituales en la actualidad.

Dicha equiparación es insostenible y muestra una visión del conflicto basada en los estereotipos y no en el conocimiento. Junto al innegable sufrimiento de los palestinos está el también real sufrimiento de los israelíes. En este caso en concreto es la más inoportuna de las excusas. Los dirigentes de XEGA deberían informarse sobre la vida de los homosexuales en Israel (no muy distinta a la de los españoles) y en los territorios bajo gobierno palestino (donde nadie que aprecie su propia vida "sale del armario").


ANTONIO JOSÉ CHINCHETRU

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